El agua está presente en muchos aspectos de nuestra vida —desde vacaciones en la playa hasta piscinas recreativas o incluso situaciones inesperadas—, y saber nadar puede marcar la diferencia entre disfrutar o sentir miedo, e incluso entre la vida y la muerte. Cómo aprender a nadar es una habilidad esencial que no solo brinda seguridad, sino que también abre la puerta a nuevas experiencias acuáticas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ahogamientos son una de las principales causas de muerte accidental a nivel global, y muchos de estos casos se podrían prevenir si más personas supieran cómo nadar. Más allá de la seguridad, aprender a nadar adultos también tiene grandes beneficios físicos: mejora la resistencia cardiovascular, fortalece los músculos de todo el cuerpo, alivia el estrés y protege las articulaciones, lo que la convierte en una opción ideal para cualquier edad.

En esta guía, te mostraremos cómo aprender a nadar desde cero, explicando cada etapa del proceso, desde perder el miedo al agua hasta lograr movimientos básicos con fluidez y seguridad. Si siempre has querido descubrir cómo aprender a nadar —ya sea por diversión, salud o tranquilidad.

Así que, alista esa ropa de baño y empecemos:

foto con vista cenital de niño flotando mirando a la cámara sonriente.
Este es el momento perfecto para dar el primer paso ¡y sumergirte en el aprendizaje!
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Vamos

Preparación antes de entrar al agua

El miedo al agua es uno de los principales obstáculos para quienes quieren aprender a nadar. Es completamente normal sentir ansiedad, especialmente si has tenido malas experiencias o simplemente nunca has estado cómodo en el agua. La clave es entender que el miedo es manejable y que tu cuerpo está diseñado para flotar.

Acá te van algunas técnicas para superar ese miedo:

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¿Sabías que al nadar trabajas casi todos los músculos del cuerpo?

¡Y es por eso que es tan recomendado! Pues con cada movimiento en el agua, ejercitas brazos, piernas, espalda, abdomen y más. Es el deporte ideal para mejorar la resistencia
¡y tonificar el cuerpo completo!

Empieza poco a poco: Comienza en agua poco profunda donde puedas estar de pie. Siente la temperatura, moja tu rostro y permite que tu cuerpo se acostumbre al entorno. Acostumbrarte a ello puede tomarte unos pocos pasos, así que ve con calma.

Respira conscientemente: Practica respirar profunda y lentamente. Inhala por la nariz y exhala por la boca para mantener la calma. La respiración controlada reduce el pánico.

Confía en tu flotabilidad natural: El cuerpo humano, gracias al aire en los pulmones, tiende a flotar por naturaleza. La clave es relajarse. Cuanto más te tensas, más difícil es flotar.

Acompañamiento: Si te sientes más seguro, empieza con un amigo o instructor de Superprof a tu lado para brindar apoyo y motivación.

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Ejercicios iniciales en el agua poco profunda

Flotación básica

La flotación te enseña a confiar en que tu cuerpo, con suficiente relajación, no se hundirá. Mucha gente piensa que flotar es cuestión de fuerza, pero en realidad, es una cuestión de postura y calma. Como aprender a nadar desde cero comienza precisamente entendiendo la flotación. Para flotar boca arriba, apoya la cabeza suavemente en el agua, mantén los brazos abiertos en forma de cruz y las piernas relajadas. La clave está en mirar hacia el techo o el cielo y respirar de forma natural. Si te tensas o bajas la cabeza, el cuerpo tenderá a hundirse, así que es vital mantener la vista hacia arriba.

Para la flotación boca abajo, extiende los brazos hacia adelante y las piernas rectas, como si quisieras imitar la posición de una "estrella de mar". Deja que tu cuerpo "caiga" suavemente hacia la superficie mientras exhalas lentamente por la nariz. Esta posición te permitirá entender cómo la flotabilidad natural del cuerpo hace su trabajo. Es normal que al principio te cueste confiar en que no te hundirás, pero la clave está en no forzar los movimientos. Cuanto más relajado estés, más fácil será mantenerte a flote.

Si sientes que te cuesta mantener la flotación, puedes practicar con una tabla flotadora o un palo de espuma (los de colores) hasta que ganes confianza.

niño sujetando con las manos a su profesor para flotar
Lo primero que debemos aprender incluso antes de nadar, ¡es flotar!

¿Sabías que puedes enseñarle natación incluso a los bebés y niños pequeños?

Control de la respiración en la natación

La respiración en el agua no es igual que en tierra firme, y dominarla es crucial para moverte con seguridad. Al principio, es común que los principiantes retengan el aire al sumergirse, pero esto solo genera más tensión y agotamiento.

Para empezar, inhala profundamente por la boca antes de sumergirte. La inhalación debe ser rápida y llena, permitiendo que tus pulmones te ayuden a flotar. Una vez bajo el agua, exhala lenta y continuamente por la nariz, como si quisieras formar burbujas pequeñas. Esta técnica no solo te ayuda a mantener la calma, sino que también previene que el agua entre a la nariz.

Un ejercicio efectivo para saber como nadar en piscina es sumergirte parcialmente, dejando solo la boca fuera del agua, y practicar la exhalación continua. Cuando te sientas más seguro, intenta sumergir todo el rostro y mantener el flujo de aire constante. La sensación de expulsar aire suavemente te dará mayor control sobre tu cuerpo y reducirá el miedo a la inmersión.

Controlar la respiración te permitirá durar más tiempo nadando sin sentirte sofocado. Es una habilidad esencial que facilitará la coordinación de los movimientos cuando empieces con las brazadas y las patadas.

Primeros movimientos básicos en la natación

🦵Patada de flutter (estilo libre)

Consiste en mover las piernas de arriba hacia abajo de manera alternada, como si estuvieras dando pequeños y rápidos golpes al agua. La clave está en mantener las piernas rectas pero relajadas, moviendo el impulso desde las caderas y no desde las rodillas.

Para empezar, agárrate del borde de la piscina o usa una tabla flotadora. Deja que tus piernas se estiren hacia atrás y comienza a moverlas suavemente, asegurándote de que los pies apenas rompan la superficie del agua. No es necesario patear fuerte; la velocidad y el ritmo constante son más importantes que la fuerza bruta.

Un error común es doblar las rodillas como si estuvieras pedaleando. Esto genera resistencia y te ralentiza. Concéntrate en mantener las piernas estiradas y los tobillos relajados, apuntando ligeramente los pies hacia atrás, como si quisieras dar pequeños latigazos con ellos. Al principio puede sentirse raro, pero con práctica, el movimiento se volverá más natural y eficiente.

💪 Brazadas simples

En el estilo libre, las brazadas deben ser largas y fluidas para maximizar la propulsión. Empieza estirando un brazo hacia adelante, sumérgelo en el agua y deslízalo hacia atrás siguiendo la línea de tu cuerpo, como si estuvieras "empujando" el agua hacia tus pies.

Cuando el brazo termine su recorrido hacia atrás, sácalo del agua y llévalo nuevamente al frente en un movimiento relajado y continuo. Mientras un brazo avanza, el otro está empujando el agua, creando un ciclo constante de tracción.

Es normal sentirse descoordinado al principio. Para practicar, puedes centrarte en usar solo los brazos mientras mantienes las piernas quietas o sujetas con una tabla flotadora entre ellas. Esto te permitirá enfocarte en la técnica de los brazos sin distraerte con las patadas.

chica haciendo una braceada en la piscina con cabeza fuera del agua
1,2,3... 1,2,3... En la natación, todo se trata de sincronizar: movimientos, respiración y la flotación.

🔄 Coordinación brazo-respiración

En el estilo libre, la respiración debe ser lateral. Cuando uno de tus brazos sale del agua, gira ligeramente la cabeza hacia ese lado y toma aire por la boca. Es crucial no levantar la cabeza completamente, ya que esto hunde tus piernas y rompe la alineación del cuerpo.

Para practicar, empieza respirando solo por un lado hasta que te sientas cómodo, luego intenta alternar cada tres brazadas. Esta técnica de respiración bilateral ayuda a mantener la postura equilibrada y mejora la resistencia.

Si te cuesta coordinar al principio, ¡no te preocupes! Sigue estos pasos y podrás ser uno con el agua.

Es normal que la respiración se sienta acelerada o que entre algo de agua en la boca. La clave está en practicar lentamente, concentrándote primero en los movimientos y luego integrando la respiración gradualmente.

¿Quieres conocer las técnicas y estilos de nado más populares?

Consejos finales y cómo acelerar tu progreso

La constancia es la clave del éxito

Nadar una o dos veces por semana es suficiente para mantener el contacto con el agua, pero si realmente quieres mejorar, lo ideal es practicar al menos tres veces por semana. La repetición constante ayuda a tu cuerpo a memorizar los movimientos, mejorar la coordinación y aumentar tu resistencia.

Es normal sentir que los primeros días avanzas lento, pero la perseverancia es tu mejor aliada. Cada sesión te hará sentir más cómodo y seguro. Incluso si tienes días en los que te parece que no avanzas, tu cuerpo sigue adaptándose y fortaleciendo la técnica sin que te des cuenta.

Corrige los errores desde el principio

Mover mal las piernas, respirar a destiempo o mantener una mala postura hace que te canses más rápido y avances menos. El problema es que, una vez que te acostumbras a una mala técnica, corregirla después es mucho más difícil. Así que, ¡los ejercicios son clave desde que entras al agua!

Para evitar esto, es crucial recibir retroalimentación desde el principio. Aunque hay muchos videos y tutoriales en línea, nada se compara con la guía personalizada de un instructor que te observe en tiempo real y corrija tus errores en el momento.

Si realmente quieres acelerar tu aprendizaje y sentirte más seguro al nadar en la piscina, te recomiendo buscar un profesor particular. Superprof es una plataforma perfecta para encontrar instructores de natación cercanos a ti para niños y adultos.

Lo mejor es que puedes elegir según tu nivel, tus horarios y tu presupuesto. Un buen instructor no solo corrige tu técnica, sino que también te motiva y adapta las lecciones a tus necesidades, ayudándote a mejorar rápidamente y a comprender cómo nadar en piscina de manera eficiente y segura.

Disfruta el proceso y marca metas claras

niña con gorrita de natación sonriente mirando a la cámara mientras juega con el agua con una mano
Y no lo olvides: ¡nunca puede faltar la diversión en el agua! Aprende a nadar puede ser muy entretenido.

Tu meta puede ser tan simple como nadar una distancia sin detenerte, mejorar tu tiempo o incluso aprender estilos de nado más avanzados. Dividir esa meta en pequeños logros semanales te da una sensación constante de progreso.

Por ejemplo, puedes probar con estos ejercicios:

  • Semana 1: Flotar 20 segundos sin apoyo.
  • Semana 2: Nadar 5 metros usando solo las piernas.
  • Semana 3: Coordinar brazos y respiración durante 10 metros.

Cada logro, por pequeño que parezca, es una victoria. Y recuerda que no hay prisa: disfrutar el proceso es igual de importante que llegar a la meta.

Si quieres acelerar aún más tu progreso y asegurarte de aprender con una técnica impecable desde el principio, los profesores de Superprof pueden ser tu mejor inversión. Tener a alguien que te pueda enseñar a nadar, adaptar las lecciones a tu ritmo y te motive hace una gran diferencia, especialmente si eres principiante o tienes miedo al agua.

¿Y lo mejor? Es que, tanto niños como jóvenes o adultos, pueden aprender a nadar o perfeccionar sus estilos de natación con la mejor guía ¡para ser nadadores expertos!

Así que, lánzate a la piscina con confianza....

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CristinaEpv

Soy una creadora de contenidos apasionada por el arte, la escritura creativa y los viajes. Como buena publicista, escribo de todo un poco y me encanta estar en constante aprendizaje...